Indice de contenidos
- 1 El siglo XXI, el siglo del uso de la madera tecnificada en el sector de la construcción
- 2 El impacto ambiental del sector de la construcción
- 3 El uso de la madera en el sector de la construcción como solución sostenible
- 4 Características de la madera como material sostenible
- 5 Cómo la madera ha logrado salvar las desventajas frente a otros materiales de construcción
El siglo XXI, el siglo del uso de la madera tecnificada en el sector de la construcción
El mundo de la construcción se encuentra en medio de una transformación similar a la que se vivió en el s.XVIII con el uso generalizado del hierro fundido, en el XIX con el acero o en el XX con el hormigón armado. Podemos decir sin duda alguna que el siglo XXI va a ser el del uso de la madera tecnificada en la construcción
La imperiosa necesidad de frenar los factores que están provocando el cambio climático y la cada vez mayor concienciación de la limitación de los recursos naturales no renovables están impulsando cambios estructurales en numerosos sectores.
La producción de energía global se dirige hacia las fuentes renovables: solar, eólica, geotérmica, mareomotriz…
En el sector del automóvil y el transporte apuestan por la movilidad sostenible, bien sea eléctrica o con otros combustibles alternativos no contaminantes y renovables
La eliminación y sustitución de los plásticos, especialmente aquellos de un solo uso, está ya transformando los sectores de la distribución, la alimentación e impulsando materiales alternativos, biodegradables y sustitutivos de los derivados del petróleo.
Incluso sectores como la ganadería y la agricultura están comenzando a repensar para poder hacer sostenible su producción, reduciendo el consumo de recursos que conllevan (agua, territorio) y las emisiones de gases que generan.
El impacto ambiental del sector de la construcción
Uno de los sectores que mayores impactos ambientales genera es el de la construcción y por tanto, cada cambio que se produzca en esta industria tiene la potencialidad de mejorar sustancialmente la situación actual.
La edificación es globalmente responsable de un 39% de las emisiones de CO2, de las cuales aproximadamente un tercio se producen durante la construcción y el resto debido a su uso (consumos de energía, mantenimiento, etc.). Por otro lado, el 40% de los residuos generados en el mundo provienen de este sector y es la industria que mayor volumen de materias primas consume.
El hormigón armado, material predominante en las estructuras y en ocasiones los cerramientos de nuestros edificios, representa en un edificio residencial al uso alrededor de un 75% por ciento de la huella de carbono del edificio (donde más del 40% se debe al cemento y áridos y el resto al acero).
Además, las materias primas empleadas, fundamentalmente áridos para el hormigón y hierro y otros metales para el acero, son todos ellos no renovables, es decir, existe una cantidad limitada de estos recursos.
Por citar un ejemplo, la arena, componente del hormigón, comienza a ser un recurso muy escaso en algunos países. El cemento, por sí solo, es responsable del 6% de las emisiones de CO2 mundiales. Además, los residuos que genera el hormigón son de difícil gestión y reciclaje.
A pesar de que la industria del hormigón lleva tiempo haciendo esfuerzos por mejorar estos datos y se han conseguido mejoras, especialmente a través de la industrialización de las estructuras y otros componentes, queda mucho margen de mejora.
El uso de la madera en el sector de la construcción como solución sostenible
En este contexto de urgencia climática y concienciación por la necesidad de encontrar soluciones sostenibles, una gama de productos de madera tecnificada están tomando protagonismo.
Evidentemente la madera ha estado presente en la construcción desde mucho antes que el hormigón armado o los materiales cerámicos. La piedra, la madera o el barro fueron los primeros recursos empleados para generar cobijo y resolver otras necesidades de nuestros antepasados, por ser materiales disponibles en la naturaleza, sin necesidad de transformación alguna.
Sin embargo, la madera presentaba una serie de desventajas frente a otros materiales, que la relegó a aquellas funciones para las que estaba más dotada. Las propiedades de la madera pueden variar enormemente dependiendo del árbol del que provenga, así como del tratamiento que haya recibido, pero fundamentalmente es un material resistente y elástico, con una densidad significativamente inferior (aunque puede variar mucho de una especia a otra) a la del hormigón o el acero. Su origen biológico hace que sea susceptible al ataque de diferentes seres vivos y también a la luz ultravioleta, que la oscurece y fragiliza.
Otra característica de la madera natural es que su comportamiento (resistencia, conductividad, etc.) es diferente en la dirección paralela o perpendicular a sus fibras, lo que se conoce como anisotropía.
Por supuesto la madera es un material que absorbe la humedad, lo que hace que su volumen pueda variar en función de la humedad en el ambiente o la presencia de agua. La madera es también un buen aislante térmico y eléctrico y una buena conductora del sonido.
Por último, la madera es conocida por ser un material fácilmente combustible, sin embargo, su comportamiento frente al fuego es muy predecible, lo que se conoce como combustión lenta.
Características de la madera como material sostenible

Uso de la madera en la construcción en Colegio Imagine Montessori (Barrio La Pinada, Valencia)
Pero seguramente de entre todas las características de la madera, las que la hacen más apropiada cuando hablamos de su sostenibilidad son dos:
- Es un material renovable y que, empleando explotaciones controladas, podemos asegurar que se produzca más de la que se consume.
- Durante su fase de crecimiento ha estado acumulando CO2 y por lo tanto se convierte en un “almacén” de este componente (supone aproximadamente el 50%), lo que se conoce como carbono “secuestrado”, que no se liberará salvo que se queme o degrade.
Por lo tanto, lejos de emitir CO2 en su proceso de generación, lo acumula y retiene, lo contrario de lo que ocurre con las materias primas que componen el hormigón armado.
Por si todo esto no fueran razones suficientes, diversos estudios, como el realizado por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), han demostrado científicamente que las viviendas construidas con madera, tanto en su interior como en su estructura, contribuyen de forma eficaz a la salud de sus habitantes, al mejorar las condiciones de clima interior (regulación de temperatura y humedad relativa), acústicas (al reducir las reverberaciones) y hasta psicológicas (derivadas de la sensación de contacto con productos naturales, absorción de radiaciones electromagnéticas, etc.). El uso de madera en la construcción es parte también de otro movimiento conocido como biofilia, basado en la conexión del ser humano con la naturaleza.
Cómo la madera ha logrado salvar las desventajas frente a otros materiales de construcción
Como vemos, la madera natural tiene propiedades que en algunos casos la hacen adecuada para emplearse en la construcción, pero en otros, por ejemplo para elementos estructurales, puede presentar desventajas en durabilidad o capacidad frente al acero y el hormigón. Sin embargo, el tratamiento y tecnificación de la madera ha contrarrestado la mayoría de estas desventajas, con la introducción de un amplio abanico de productos que resultan ideales como alternativas sostenibles y viables.
A pesar de todas estas virtudes, existe todavía cierta controversia en torno a la idoneidad de la madera en la construcción y particularmente en funciones estructurales, por lo que es muy importante la divulgación en torno a sus propiedades y los enormes avances conseguidos.